martes, 10 de febrero de 2009

Cifras molestas



Chávez arremetió contra el mecanismo usado para calcular la inflación. Economistas coinciden en que un cambio de la metodología de cálculo restaría credibilidad al ente emisor
Por: Alejandro Hinds R.
El Banco Central de Venezuela está de nuevo en el ojo del huracán. Las recientes críticas del presidente Hugo Chávez contra la metodología usada para calcular la inflación, que en su opinión no está adecuada al sistema socialista, son vistas por los economistas como otra amenaza contra la autonomía del ente emisor.
Chávez arremetió contra la metodología del BCV tras conocerse que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) subió 2,3% en enero, impulsado por alimentos y salud.
El incremento, aunque inferior al del año previo, dificulta el logro de la meta inflacionaria de 15% que estableció el Gobierno en el presupuesto de 2009.
El Presidente consideró que el resultado del INPC sería distinto de tomarse en cuenta los productos y servicios ofrecidos en las misiones del gobierno, que no suben de precio.
"Estamos por la romana vieja. No hemos hecho un sistema de medición adecuado al sistema socialista (...) Hay que trabajar activamente para medir la realidad exacta", dijo.
Pero el economista Víctor Olivo, ex gerente de programación económica del BCV, calificó de "absurda" la idea presidencial de incluir las misiones sociales en el cálculo de la inflación. "Los índices de precios están hechos para evaluar transacciones de mercado. Incluso el hecho de tener controles de precios ya los distorsiona", explicó.
Olivo recordó que Barrio Adentro y Mercal son programas subsidiados, por lo que no pueden ser tomados en cuenta para determinar la variación de precios.
"Puede ser que la gente que vaya a Mercal pague lo mismo que hace un año por los productos, pero las personas que van a otros sitios se enfrentan con una realidad que es la que refleja el INPC".
DATOS CREÍBLESCésar Aristimuño, economista de la firma Aristimuño, Herrera & Asociados, también criticó la intención de cambiar el mecanismo de medición.
"Si la inflación estuviese en niveles acordes con la expectativa del gobierno, no se hubiera hecho tal anuncio. El problema es que las autoridades no encuentran caminos para detener los aumentos de precios".
Aristimuño señaló que la inflación no se combate midiéndola de otra forma sino generando incentivos al sector privado para que aumente la oferta nacional de bienes y servicios.
"Mientas no se haga eso, vamos a seguir teniendo problemas. Con el agravante de que este año las importaciones también se encarecerán por las restricciones en el acceso a divisas".
Ambos economistas coincidieron en que un cambio de metodología restaría credibilidad no sólo al índice inflacionario sino a todas las estadísticas generadas por el ente emisor.
"El BCV no puede complacer al Ejecutivo en este tipo de cosas, porque lo que se logra es desmejorar la calidad de las cifras que presenta", advirtió Olivo. José Manuel Puente, economista y profesor del IESA, consideró que lo más preocupante de los cuestionamientos presidenciales es que confirman la poca autonomía del BCV.
"Tenemos un banco central que corre riesgo de convertirse en un apéndice del Ejecutivo, lo cual puede ser muy peligroso para la estabilidad macroeconómica del país".
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Jesús A. Rojas Díaz // Magia contable del BCV
Lo insólito ha sido la práctica mágica contable para convertir los gastos y pérdidas en activos
En los tres últimos años, el BCV incrementó sus gastos de funcionamiento en 116,1%. En vez de preservar el valor tanto interno como externo de nuestro signo monetario, aumentó su presupuesto de gastos incentivando así la inflación. Durante 2008 los gastos de funcionamiento crecieron en 32,4%, porcentaje superior a la inflación registrada de 30,9%.
Pero este personal, a quien ahora se le paga más, en lugar de aumentar su eficiencia no actúa diligentemente. Así vemos que en los estados financieros del 31 de diciembre de 2008 hay discrepancias de cifras entre el Balance General y el Estado de Cambios en las Cuentas de Patrimonio. Ello revela negligencia en su elaboración y revisión. Toda la información del BCV es publicada en términos reales, pero sus estados financieros están expresados en cifras históricas sin considerar el efecto inflacionario. Resultado: se oculta la ganancia monetaria que obtiene el Banco proveniente de la pérdida en el poder adquisitivo que padecemos todos los venezolanos; lo que nosotros perdemos por la incapacidad del BCV para controlar la inflación, lo gana el Instituto.
Se omite la publicación del estado de flujo de efectivo (estado contable básico), el cual es elaborado sólo para uso interno. De divulgar ese estado se evidenciarían las dañinas emisiones inorgánicas de dinero en que se incurre. Ójala todo se quedara allí, pero no, también se observa que la decisión de proscribir al dólar como moneda para la realización de inversiones condujo a pérdidas en tipos de cambio respecto a la libra esterlina y al euro.
Es de todos conocidos que una adecuada diversificación constituye una protección contra el riesgo, principio que el Banco Central desatendió.
Pero lo insólito ha sido la práctica de una especie de magia contable para convertir los gastos y pérdidas en activos. Así vemos que existe una gran cantidad de partidas mal clasificadas orientadas a ocultar la verdadera situación patrimonial del Banco.
Es vergonzoso el comportamiento de nuestra principal autoridad monetaria al informar sobre su posición financiera y los resultados de su actuación. Veamos: Al eliminar el efecto de esa contabilidad creativa que emplea el BCV, se pone de relieve la grave situación en que se halla un instituto que antes podía presentarse como ejemplo.
De la mística tradicional queda nada o muy poco, aunque debemos tener la esperanza de que aún exista una reserva moral en aquellos que no han sido envilecidos por el sistema. Después de haber leído todo lo anterior, digan ustedes si hay motivos de preocupación. jarojasd@cantv.net

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