jueves, 13 de enero de 2011

Ricardo Hausmann :Malas perspectivas para el bloque chavista


conomía 13 Ene 2011 | 11:13 am - Por EFE

Ex ministro teme que el "bloque chavista" lleve al país al nivel de Zimbabue

El ex ministro de Planificación, Ricardo Hausmann, aseguró que a los países del bloque chavista "Les está yendo a todos muy mal. La pregunta es si de cara a una década esto se recordará como una pésima pesadilla o si estos países seguirán el camino a Zimbabue, donde el Gobierno destruye la sociedad y la destruye a un ritmo tal que, a pesar de que el Gobierno se debilita, la sociedad se debilita aún más" Vea: Video Declaraciones del Ex ministro

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Ricardo Hausmann
Ricardo Hausmann | Nelson Castro
El ex ministro Ricardo Hausmann cree que la "gran incógnita de América Latina" es si las políticas del "bloque chavista" serán recordadas como una "pésima pesadilla" del pasado o "seguirán el camino a Zimbabue".

"La gran incógnita de América Latina es si va a poder pasar este capítulo muy oscuro de la destrucción de las libertades económicas y de las oportunidades de desarrollo de su gente", dijo Hausmann en entrevista con Efe poco antes de participar en la conferencia "Israel 2021", en Jerusalén.

Hausmann, quien ocupó la cartera de Planificación entre 1992 y 1993 durante la segunda Presidencia de Carlos Andrés Pérez, distingue cuatro grupos regionales en América Latina en cuanto a su desempeño económico de cara a la próxima década.

El primero está formado por los "países democráticos de orientación de mercado de la Costa del Pacífico", como Chile, Perú, Colombia, Costa Rica y "quizás México", que tendrán una "década buena" porque llevan una "buena tendencia" y están "del lado de las importaciones de China".

En segundo lugar quedan otros países, como Uruguay, que "va por muy buen camino"; Argentina, que "tendrá una década muy buena" si decide en 2011 tomar un rumbo "sensato"; y Brasil, que tiene "enormes posibilidades".

Centroamérica conforma un tercer grupo que afronta "el problema de encontrar su rol en el mundo" ante la competencia de las exportaciones asiáticas, según Hausmann, profesor de Práctica del Desarrollo Económico en la Universidad de Harvard.

Por último, están los "países del bloque chavista": Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Cuba.

"Les está yendo a todos muy mal. La pregunta es si de cara a una década esto se recordará como una pésima pesadilla o si estos países seguirán el camino a Zimbabue, donde el Gobierno destruye la sociedad y la destruye a un ritmo tal que, a pesar de que el Gobierno se debilita, la sociedad se debilita aún más", argumentó.

El ex ministro venezolano considera que "América Latina necesita repensar su rol en el mundo" porque recientemente "ha dejado que su discurso externo esté dominado por (el presidente venezolano Hugo) Chávez sin verdaderos contrapesos importantes en la presencia de los países más democráticos y más exitosos de la región".

En este sentido acusó a Brasil de haberse comportado con una "gigantesca irresponsabilidad" ante este fenómeno y de haber adoptado una política exterior "inconveniente o incoherente".

"Es interesante ver que países como Brasil y Chile especialmente ni pinchan ni cortan en materia de su presencia internacional con respecto al impacto que han tenido los países más irresponsables de la región", añade.

Por otra parte, Hausmann, de origen judío, señaló que "América Latina es un complemento natural de Israel" porque es un "importador neto" de bienes y tecnologías en los que el Estado judío tiene "grandes fortalezas", como manejo de agua, agricultura, seguridad o informática.

A la inversa, América Latina exporta productos interesantes para Israel, como energía, minerales, metales y productos alimentarios, por lo que "hay una gran complementariedad natural" que ha llevado a que las relaciones económicas sean "de larga data e importantes para ambos lados".

sábado, 6 de noviembre de 2010

Elementos para un debate sobre las pensiones


JOAN ESTEBAN 06/11/2010



Un amplio grupo de economistas promocionado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, Fedea, presentó un documento sobre la reforma del sistema de pensiones. Puesto que difícilmente puede haber debate desde la unanimidad, quiero presentar algunos argumentos discrepantes que deberíamos tomar en consideración al reflexionar sobre el sistema de pensiones.

Los salarios no pueden solos. Hay que incorporar la reforma fiscal y la lucha contra el fraude
El peso de los salarios. Creo que el problema de las pensiones en España es también -quizás fundamentalmente- un problema de redistribución de la renta. Las contribuciones a la Seguridad Social provienen fundamentalmente de las cotizaciones ligadas a los salarios. El peso de estos dentro del PIB ha pasado del 68% en 1976 al 54,5% en 2006. Así, una parte cada vez más pequeña de la renta nacional constituye el núcleo de la base fiscal para contribuir al sistema de pensiones. Uno podría argumentar que esta disminución se corresponde con una caída en el número de asalariados. Sin embargo, en este mismo periodo los asalariados han pasado de ser el 34% al 44% de la población española.

El salario ha disminuido respecto a la renta media. La gran parte del incremento de la productividad no ha ido a parar a los salarios. Es evidente, pues, que la viabilidad del sistema de Seguridad Social depende críticamente de frenar este proceso o de encontrar una nueva base fiscal. Algunos dirán que la disminución relativa de los salarios es el reflejo de la escasa productividad. Pero la productividad no es solo responsabilidad del trabajador. También depende de forma esencial de la inversión en tecnologías avanzadas.

La "viabilidad" del sistema de pensiones. La discusión parece atrapada en un debate sobre la evolución futura de los ingresos y pagos por pensiones. También en el Informe Fedea. Pero, ¿por qué no se integran en el Presupuesto del Estado? Como contraposición, consideremos el ejemplo de las carreteras, que son utilizadas por los que tienen coche. Supongamos que por un razonamiento similar creásemos el "sistema de carreteras" con los impuestos sobre la gasolina como ingresos y la construcción y mantenimiento como gasto (y los planes Renove). Tendríamos que decir que la introducción del coche eléctrico pone en peligro la "viabilidad" del sistema de carreteras por la caída de ingresos.

Si para el automóvil no lo hacemos así, ¿por qué hacerlo con las pensiones? Pero, si las pensiones se integran en el presupuesto general, habrá que garantizar suficientes ingresos. ¿Los habrá? Pensemos en un simple ejercicio. Los economistas estarán de acuerdo en que la renta per cápita crecerá un 1% o 2% anual durante las próximas décadas. Pero esto significa que la renta de cada persona viva podría aumentar a esta tasa. Como la productividad de los activos crecerá mucho más, habrá que transferir más renta entre los ciudadanos.

La redistribución de la renta. Considero que el problema es que la redistribución de la renta en España es esencialmente una redistribución entre asalariados, mientras que las rentas no salariales escapan por diversos vericuetos al peso del IRPF.

Según los datos del IRPF, las rentas más altas del país son las salariales, mientras que las rentas de profesionales, autónomos, comerciantes o empresarios son menores y pagan menos impuestos. Las rentas de la propiedad son capítulo aparte. Además, tenemos la evasión directa, la imputación de gastos personales como si fuesen de empresa, etcétera.

La recaudación tributaria se basa de forma desproporcionada en los salarios y, además, culpamos a los asalariados de la baja productividad. Una política razonable, ni siquiera de izquierdas, debería poner fin a esta vergonzosa situación. Además, aportaría ingresos adicionales a la ética y a Hacienda.

Fondos privados de pensiones y sistema público de reparto. Es difícil estimar exactamente nuestro salario futuro, nuestra esperanza de vida y aún más anticipar las necesidades en la vejez. El Informe Fedea propone trasladar toda esta incertidumbre íntegramente a los asalariados, condicionando las pensiones a la situación del entorno socioeconómico del momento.

Pero uno de los motivos por los que se creó el sistema de pensiones fue que el Estado ofreciese un seguro a los asalariados garantizándoles unas rentas después de la jubilación que fuesen independientes de las contingencias que puedan ocurrir. Se duda de que el Estado pueda hacer frente a estos compromisos y por esto se nos insta a complementar las pensiones con fondos privados. Sin embargo, también es incierto su rendimiento y su valor en el momento en que los necesitemos.

Es cierto que la crisis actual ha demostrado que el riesgo de los activos financieros es, de hecho, limitado. El Estado avalará con su presupuesto cualquier posible contingencia catastrófica. Pero, en este caso, ¿no es más fácil, simple y transparente que el Estado avale directamente el sistema de pensiones con la totalidad de su presupuesto del mismo modo en que salva bancos y cajas cuando es preciso?

Conclusión. Creo que hay demasiada desigualdad salarial; que las rentas no salariales son excesivas y escapan en buena medida al fisco; que seguimos necesitando que el Estado sea nuestro seguro contra contingencias futuras y que debe asegurar al ciudadano antes que al sistema financiero.


Joan Esteban es miembro del Instituto de Análisis Económico, CSIC.

domingo, 31 de octubre de 2010

Manual para reformadores sensatos


ANTÓN COSTAS 31/10/2010


Solo en contadas ocasiones un país se para a reflexionar sobre su futuro. Tales ocasiones acostumbran a coincidir con periodos de declive y crisis. En esos momentos se pone a prueba la capacidad de la nación para reconsiderar pasadas decisiones y rejuvenecerse. Hoy España está experimentando su más seria crisis desde los años treinta. Cómo se salga de la crisis marcará el futuro del país para las próximas décadas. Cuál será esa salida es aún una cuestión abierta.


Reformas laboral y de las pensiones, salarios y recorte de gastos sociales castigan a clases medias y trabajadoras
Ciertas condiciones son favorables: España es una sociedad rica, el sistema democrático está bien establecido y los ciudadanos han demostrado en el pasado ser capaces de combinar sentido común con visiones acerca del futuro. Pero otras condiciones son desfavorables. Los problemas básicos emergieron ya hace años, pero han ido a peor con el paso del tiempo. Esos problemas reflejan una compleja mezcla de agudos problemas coyunturales y problemas estructurales crónicos. No es, por tanto, posible resolver la crisis solamente con la aplicación de medidas de corto plazo. Además, los problemas económicos tienen en buena parte su origen en decisiones políticas del pasado, de ahí que sea necesario analizar tanto el sistema económico como el político.

Estos dos párrafos parecen escritos para España. Pero no es así. He hecho trampa. Donde he puesto "España", ustedes deben leer "Suecia". Son los dos primeros párrafos del informe que elaboró la Comisión de Expertos Independientes nombrada por el Gobierno de Suecia en diciembre de 1992 para sugerir medidas que sacaran a la economía y al llamado "modelo sueco" del marasmo en que se encontraba en la crisis de esos años.

Pero no me negarán que cuadran como anillo al dedo para la situación de España. Tenemos problemas coyunturales agudos y problemas estructurales crónicos. Tenemos, sin embargo, condiciones favorables. La economía muestra una envidiable capacidad exportadora; España no es rica, pero sí acomodada; el sistema democrático está bastante consolidado; la sociedad española ha demostrado varias veces en los últimos 25 años tener sentido común y visión de futuro, para sacrificarse y remar para salir de las situaciones duras, como ocurrió en las crisis de 1977, de 1982 y de 1992.

Hoy, de nuevo, como han demostrado los funcionarios, los españoles están dispuestos a sacrificarse y remar esforzadamente para no hundirse. El problema es que no saben hacia dónde remar, ni para qué. El Gobierno no sabe, la oposición no contesta, las patronales no pueden (entre otras cosas, por un déficit de liderazgo con problemas serios de ejemplaridad moral), los sindicatos están en la cultura del "no" (esa es la percepción pública, y, como dice el teorema de Thomas, lo que se percibe como real es real en sus consecuencias).

Lo único que se escucha es que hay que ser austeros y hacer reformas. Pero los costes les tocan a los mismos. La reforma laboral, los salarios, la reforma de las pensiones, los recortes en los gastos sociales o los impuestos a los supuestos "ricos" pegan sobre el mismo carrillo: el de las clases medias y trabajadoras. El resultado puede ser una desigualdad que nos haga retroceder décadas y una salida en falso que genere un malestar social difuso, poco propicio al cambio y al esfuerzo colectivo.

En este clima ha aparecido, cual mosquitos en verano, una plaga de reformadores compulsivos que, poco respetuosos con la democracia, ven al Gobierno como un dictador benevolente, que tendría no solo el deber, sino también el derecho de imponer a la población reformas que esta no entiende. Y sin entender no puede apoyar.

Hace falta una visión a largo plazo y una estrategia compartida de salida. Es decir, un manual para reformadores con sentido común. Y es aquí donde pienso que el informe de la Comisión de Expertos suecos, presidida por el economista liberal Assar Lindbeck, es buena una guía (Turning Sweden Around, The MIT Press, 1994).

Mi humilde propuesta es que, aprovechando el cambio de rumbo, el Gobierno (o, en su caso, el Parlamento) siga el camino del Gobierno sueco y ponga en marcha una iniciativa que, generando un amplio debate sobre nuestros problemas, logre un diagnóstico con un elevado acuerdo. Y proponga medidas orientadas a: 1) Identificar las debilidades de la economía y sugerir políticas y reformas que aumentando la estabilidad económica, la eficiencia y el crecimiento, respeten los objetivos comúnmente aceptados de disponer de una red de seguridad social y tengan en cuenta los efectos en la distribución de la renta; 2) Proponer cambios en el sistema político, orientados a crear un buen entorno económico para familias y empresas, y 3) Plantear estrategias de salida que minimicen y repartan los costes de transición entre el corto y el medio plazo.

Minimizar y repartir los costes es muy importante para salir del túnel. Los reformadores y las autoridades han de tener en cuenta que las reformas a largo plazo -por ejemplo, en el sistema de Seguridad Social- tienen efectos a corto, especialmente si son inesperadas. Es importante proceder con gradualismo, tanto para evitar destruir las expectativas y planes a largo plazo de los individuos y familias (induciéndoles, por ejemplo, a ahorrar más de lo necesario) como para evitar llevar a la economía a una recesión prolongada por un corte drástico en el gasto público.

De hecho, ese manual para reformadores sensatos ya lo tenemos. Es el que aplicó el profesor Enrique Fuentes Quintana en la elaboración y puesta en marcha de los Acuerdos de la Moncloa, en la crisis de 1997. ¿Se acuerdan? Y funcionó. Habría que recuperarlo. Si no, el hacer reformas compulsivas, que descargan los costes sobre los mismos, puede llevarnos a confundir la luz de la salida del túnel con la luz del convoy que viene de frente.


Antón Costas Comesaña es catedrático de Política Económica de la UB.
El Pais.España

sábado, 30 de octubre de 2010

El lugar del expropiado

Milagros Socorro
En la Exposición de Motivos de la Constitución Nacional, proclamada en 1999, hay un primer título, el de los principios fundamentales, donde se "consagra la condición libre e independiente de la República Bolivariana Venezuela; condición permanente e irrenunciable que (se) fundamenta en el ideario de Simón Bolívar, el Libertador, su patrimonio moral y los valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional". Esto queda expresamente afincado en el primer párrafo de ese libro fundamental.
Y en el segundo se insiste en la impronta tutelar de Bolívar (1783-1830) sobre el texto constitucional, puesto que se hace descansar ese supremo estatuto en los hombros de "la figura paradigmática de esa revolución inicial, el Libertador Simón Bolívar... en virtud de lo cual se establece que la nación venezolana, organizada en Estado, se denomina República Bolivariana de Venezuela.

La Constitución está, pues, apegada al pensamiento y proceder de Bolívar. Si esto es cierto, si esa Exposición de Motivos tiene alguna seriedad y no es retórica vaporosa, entonces la sensibilidad del Libertador, sus prioridades, su idea del mundo, sus exigencias, son embrión de leyes inapelables.

Veamos, pues, qué pensaba el caraqueño inmortal acerca de la inseguridad jurídica, terreno propicio para las expropiaciones. Dejemos que sea el Libertador quien asuma la voz de quienes hoy están mudos frente al Estado abusador, cuando no ladrón, que arrebata propiedades haciendo valer un poder avasallante y cruel.

A Anacleto Clemente le escribe, desde Bogotá, en 1821: "La mitad de la hacienda de Chirgua es mía, y debes llamar al arrendatario, por medio del general Soublette, para que le pague la mitad de dicho arrendamiento. Haz de modo que todo se haga judicialmente, que todo se haga por el gobierno.

"Dile al general Soublette que tenga la bondad de ver esta carta, para que te proteja en la defensa de mis bienes; pues no es razón de que me quieran quitar lo poco que me ha dejado la revolución. Mañana. que se hará la paz, dejaré la presidencia, y no tendré nada de que vivir".

Indignado frente a una invasión, alerta al mismo Clemente, en 1823: "Escríbele á Peñalver que tenga la bondad de encargar á un sujeto de bien que vaya á Chirgua, á fin de ver qué partido se puede sacar de aquella hacienda; y que haga lo mismo con respecto al Valle de Aroa, pues yo no sé quien lo posee ni lo disfruta ni cómo haremos para sacar las inmensas ventajas que ofrece en minas, arriendos y aserraderos".

En carta a su hermana, fechada en Potosí, el 27 de octubre de 1825: "El señor Lazo, y Esteves me ponen pleito por las minas: ¡qué escándalo! ¿Si eso hacen conmigo, qué harán con los otros? Razón tienes de quejarte de nuestras leyes y de nuestros jueces. A los amigos que escriban sobre esta materia, que es una de las más importantes".

Cuando Bolívar sugiere a María Antonia conminar a "los amigos que escriban sobre esta materia", prefigura los intentos que hacen las víctimas actuales para que los medios de comunicación se hagan eco de las injusticias en su contra.

Desde Popayán, en diciembre de 1829, despacha una correspondencia a su fiel amigo Rafael Urdaneta para que actúe con energía. Lo han expuesto a un írrito tribunal que pone en duda sus derechos sobre unos bienes que han estado en su linaje por varias generaciones. "Estoy bastante molesto", le confía, "con otra ocurrencia doméstica de Venezuela. Me dicen que mis propiedades no son legítimas y que no hay ley para un hombre como yo. Esto quiere decir que soy un canalla. Se me despoja de la herencia de mis abuelos y se me deshonra. Ya esto es demasiado".

Además, prefería tener sus cobritos en moneda fuerte, no sujeta a los dislates de los giordanis que no han faltado. En 1825 cursó instrucciones para que su dinero, producto de un contrato celebrado en Caracas con la Bolívar Mining Association, se le depositara en el extranjero. Mandó que: "el pagamento del arrendamiento se haga sin descuento, en el Banco de Londres, bajo mi nombre, según vayan cumpliéndose los plazos que expresa el contrato. Un recibo del Banco a mi favor, por cada cantidad que Uds. hayan depositado, me satisfará como si lo hubiese recibido en Caracas al fin de cada semestre. Espero que me harán este favor, puesto que les será más fácil hacerme el pagamento en Londres y que en ello ahorraré remesas".

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lunes, 25 de octubre de 2010

FELIPE GONZÁLEZ ¿Cómo garantizar las pensiones?


TRIBUNA:LA UE: CRISIS Y FUTURO. Las protestas en Francia no son algo local, sino síntoma de una situación de emergencia que afecta a todos. Europa precisa un análisis conjunto y una política coordinada de soluciones
FELIPE GONZÁLEZ 25/10/2010

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"La conjunción del envejecimiento de la población y de la contracción de la fuerza de trabajo interna va a acarrear a Europa consecuencias drásticas. Si no se toman medidas, se traducirá en una presión insostenible sobre los sistemas de pensiones, de sanidad y de protección social, y en unos resultados negativos para el crecimiento económico y la fiscalidad. Si Europa se toma en serio el tránsito a una sociedad del conocimiento, los esfuerzos para mejorar la eficiencia económica y elevar las capacidades de la población existente deben completarse con medidas activas para hacer frente a este desafío demográfico". Proyecto Europa 2030.


La protesta cuesta a Francia entre 200 y 400 millones de euros
La noticia en otros webs
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Retrasar la edad de jubilación no es lo único. Hay que contar con las mujeres y la inmigración

Debemos cambiar de óptica: la llegada de extranjeros es una parte sustancial de la solución
Vemos la creciente oleada de protestas contra la reforma de las pensiones en Francia, mezclando a sindicatos y estudiantes, como un problema local, incluso cuando ante nuestros ojos se muestra la evidencia de que aquí, en España, también se han convocado movilizaciones contra la reforma laboral y se anuncian contra las de las pensiones, o no digamos en Grecia, o en otros países de la Unión, como un movimiento de rechazo a las reformas estructurales imprescindibles para abrir un horizonte de esperanza al futuro de Europa en la nueva realidad mundial.

El día 4 de octubre comparecí ante el Parlamento Europeo para hablar de ese futuro de la UE que ha sido el núcleo de la reflexión del Grupo de Expertos que presidí en los dos últimos años. El debate fue interesante, pero de nuevo tuve la sensación de que veo la crisis como una situación de emergencia que nos afecta a todos en el conjunto de la Unión, que exige respuestas de fondo y coordinadas y que esta percepción de la realidad no es compartida por los interlocutores.

Sin embargo, espero que el Parlamento Europeo entre a fondo en este debate, aprovechando su carácter de representación democrática del espacio público que compartimos como europeos; respondiendo al incremento de poderes que le otorga el nuevo Tratado de Lisboa; enfocando sus prioridades en este esfuerzo de salida de la crisis y de reformas de fondo, para mostrar y demostrar a los ciudadanos europeos que los problemas son de todos y los desafíos tienen más sentido si se enfrentan desde la Unión, aunque los ajustes necesarios sean nacionales.

Pocos interlocutores, más allá de las ideologías, niegan lo que necesitamos, lo que define nuestra ambición. Pero muchos rechazan hacer lo necesario para conseguirlo. Así veremos cómo se debilitan los Gobiernos que lo intentan, sea cual sea su color, y cómo serán sustituidos, por puro desgaste, por otros que tendrán, inexorablemente que enfrentar las tareas pendientes... pero perdiendo un tiempo que no tenemos.

Estamos ligados históricamente a un modelo de economía social de mercado, que hemos exhibido con razón, como el mejor. Mejor para competir, ¡en su momento!; mejor para crear empleo, ¡en su momento!; mejor para garantizar la cohesión social, ¡en su momento!; mejor para la educación, la sanidad y las pensiones, ¡en su momento! Ahora, que vivimos otro momento histórico, queremos que siga siendo lo que fue, porque deseamos vivir en una sociedad solidaria e incluyente, pero sin cambiar nada, aunque reconozcamos y tengamos la evidencia indiscutible de que el mundo cambió y de que para conseguir y preservar esas ambiciones nosotros también tenemos que cambiar.

Pues bien, si lo que deseamos es preservar la economía social de mercado, frente a modelos sin cohesión social, o a una economía de casino sin reglas, tenemos que recomponer nuestros consensos básicos, nuestro diálogo social, para hacer reformas estructurales de hondo calado que nos permitan aumentar nuestra productividad, nuestra competitividad en la nueva economía global y del conocimiento, que añadan a los objetivos que teníamos en la exitosa Europa de la posguerra, un factor de sostenibilidad frente al cambio climático y la sobreexplotación de los recursos que ponen en riesgo la biodiversidad y el equilibrio del planeta.

Si ese fuera, como creo, el objetivo que pocos discuten, habría que analizar qué problemas estructurales tenemos que enfrentar y resolver para conseguir este propósito y reconstruir el círculo virtuoso que le dio éxito económico y social a la Europa de la segunda revolución industrial.

En el año 2000, con la aprobación de la Agenda de Lisboa, ya se fijó como objetivo para el 2010 "ser la primera potencia económica y tecnológica del mundo, con el mejor modelo de cohesión social". Aunque no se diga con claridad, hoy, en la fecha límite, todos reconocen que la estrategia acordada fracasó y que no solo no estamos más cerca de la meta propuesta, sino que estamos perdiendo competitividad en la economía global y que nuestro Estado del bienestar corre riesgos evidentes de insostenibilidad.

Para empezar, viendo el rechazo a las reformas del sistema de pensiones, tenemos que reconocer que el éxito mayor de la sociedad del bienestar se refleja en el incremento de la esperanza de vida. Pero la buena noticia de que vivimos más tiempo y con más calidad, viene acompañada de una no tan buena que es la baja natalidad. O sea, nos estamos convirtiendo en una sociedad de gente mayor, con una pirámide demográfica que se estrechará cada vez más en la base. Esta deriva nos llevará en el año 2050, si faltara inmigración y se mantuviera constante la participación en el mercado de trabajo, a tener 68 millones menos de trabajadores. Esto nos situaría en un coeficiente de población activa / población inactiva de cuatro trabajadores contribuyentes por cada tres jubilados.

La actual edad media de jubilación en Europa es de 62 años para los hombres y de poco más de 60 para las mujeres. Si no se toman medidas en varios frentes, llegaremos a la situación descrita en 40 años, es decir, en el momento en que se jubilarán los jóvenes estudiantes que protestan en Francia. Como todas las proyecciones que encaran el futuro, esta tampoco es inexorable. Se puede y se debe actuar para evitar este escenario con todas sus implicaciones económicas, sociales y políticas. Y la paradoja es que los que creemos en un sistema público de pensiones, cuyo fundamento está en la solidaridad, tenemos dificultad para que se acepten las reformas necesarias para mantenerlo y que los que se oponen -por ignorancia o porque quieren debilitarlo para sustituirlo por "otra cosa"- manipulan la realidad torticeramente. Como ya nos ocurriera en 1985, con la reforma del sistema de pensiones que nos permite un sistema digno como el actual que ahora todos dicen defender.

Compensar la caída a medio plazo de la población en edad de trabajar, frente al incremento de la población de más de 60 o 65 años, nos obliga a plantear una mezcla de políticas, de la que la reforma del sistema de pensiones y de la edad de jubilación es una parte imprescindible, pero solo una parte. Por eso, hay que prolongar la vida activa de la población actual y futura, con estímulos para hacerlo, que podemos diseñar y acordar; considerando la jubilación como un derecho, no como una obligación; reconsiderando los periodos de carencia y calculando la pensión por los salarios o rentas percibidos a lo largo de toda la vida laboral.

Pero además, tenemos que hacer políticas que incrementen la participación de la mujer en la población activa ocupada, con medidas de apoyo para que esto sea compatible con el incremento de la natalidad que necesitamos. El papel de la mujer en esta sociedad del conocimiento, en esta economía abierta, es de vital importancia, incluso más allá de la lucha por la igualdad, porque se plantea como una necesidad insustituible para ganar competitividad en la sociedad del conocimiento aumentando la población activa y corrigiendo la pirámide demográfica.

Pero además, tenemos que cambiar nuestra óptica sobre la emigración, que estamos percibiendo como un grave problema, cuando es una parte sustancial e inevitable de la solución a medio y a largo plazo. Claro que hay que regular los flujos, ajustándolos a las necesidades y capacidad de integración, como políticas de conjunto y aplicaciones nacionales. Claro que hay que combatir el tráfico de seres humanos y la explotación de los irregulares, pero no podemos galopar en una demagogia antiin-migración que se volverá contra los valores y los intereses de Europa.


Felipe González fue presidente del Gobierno español.

domingo, 17 de octubre de 2010

"Fidel Castro nos engañó"



REPORTAJE: UNA HISTORIA CUBANA
El empresario José Félix Llopis revela que comerciantes españoles afincados en Cuba en los cincuenta financiaron a la guerrilla castrista
JUAN JESÚS AZNÁREZ 17/10/2010

Buena parte de los empresarios de origen español afincados en Cuba a finales de los cincuenta financiaron al guerrillero Fidel Castro sin sospechar que el barbudo de Sierra Maestra habría de imponer en la isla un sistema comunista que expropiaría sus propiedades. La contribución empresarial al sostenimiento de la milicia sublevada contra Fulgencio Batista es una realidad apenas divulgada, de la que fue testigo y parte José Félix Llopis, de 83 años, nacido en Madrid, exiliado en París al estallar la guerra civil española, correo en Francia del activismo antinazi, mecenas y delegado de Christian Dior en América Latina.

Tras reunirse con el Che Guevara, supo que el Gobierno revolucionario no dejaría a Dior sacar "ni un dólar de Cuba"
Inevitablemente, la novelesca vida de este republicano católico, mensajero del glamour y del champán francés en naciones acogotadas por la violencia y el hambre, embajador de Panamá ante la Unesco, debía recogerse en unas memorias, que ha escrito el periodista Manuel R. Mora en el libro Violencia, perfume y humo (Turner). Pocos pueden emular a Llopis, domiciliado en la panameña isla de Contadora, enemistado con el dictador Manuel Antonio Noriega, interlocutor del Che Guevara y Castro, y anfitrión de gobernantes intelectuales y artistas, desde los ex presidentes francés y estadounidense Georges Pompidou y James Carter hasta el científico Luc Montagnier y Pablo Picasso.
El hombre de confianza de Dior, que fue dueño de una fábrica de puros, llegó a Cuba en las vísperas revolucionarias de 1958 para establecer en Matanzas un centro regional de distribución de la empresa. Su primer contacto fue Ramón Zapico, director financiero de la principal cadena de comercios de la mayor de las Antillas, El Encanto, algo parecido a El Corte Inglés en España, fundado en 1888 por dos asturianos, José y Bernardo Solís,
"En una reunión me sorprendió ver que Solís, al final, pasaba su sombrero panamá a quien tenía más próximo: este dejó unos billetes y así siguió la ronda, cada uno echando dinero en el sombrero. Yo, claro, también puse dinero, pero sin saber para qué", recuerda Llopis. "Cuando pude se lo pregunté a Zapico, quien me informó de que aquel dinero era una contribución para los grupos guerrilleros de Fidel Castro. Hasta ese punto los tenía engañados Castro a todos. A mí el engaño me duró hasta que, un año después de que los castristas tomaran La Habana, pude hablar con el Che Guevara". El Encanto fue expropiado a finales de 1960.
La entrevista con el argentino-cubano se desarrolló en abril de ese año, en una sala amplia y desangelada, sin adornos. El Che vestía el uniforme verde oliva de campaña y fumaba un puro cuando saludó al español, que no imaginaba un escenario de partido único y economía centralizada en uno de los mercados más potentes de Dior, con una burguesía de gran poder adquisitivo. Quienes avizoraban el comunismo, viajaban semanalmente a Miami con el equipaje repleto de dólares, joyas y cuadros, temiendo las medidas radicales del directorio revolucionario.
José Félix Llopis planteó al Che Guevara su proyecto de abrir una zona franca en el puerto de Matanzas en la que Parfums Dior operaría como una sociedad limitada legalmente establecida, pagando los correspondientes impuestos.

"Lo de constituir una sociedad limitada era lo que les interesaba a ellos, pero para eso nosotros teníamos que garantizar que podríamos sacar libremente de Cuba los beneficios. Y ahí fue donde el Che empezó a no ser nada claro. Cuando terminó la entrevista, que duró una media hora y en la que, en verdad, estuvo muy simpático, yo estaba convencido de que no teníamos nada que hacer en Cuba".

Al llegar a la Embajada francesa, le comentó al embajador: "El Gobierno cubano no nos va a dejar sacar ni un dólar".
Años después, en la década de los noventa, Llopis regresó a Cuba en varias ocasiones y fue invitado al Palacio de la Revolución, donde se vio con Castro, pero nunca pudo levantar en Matanzas el almacén regional. La biografía del español, a quien la violencia persigue desde niño, en España, en la Francia de la II Guerra Mundial y en la América Latina incapaz de gobernarse, siempre de golpe en golpe militar, recorre el siglo XX y se adentra en peripecias extraordinarias. Llopis aún recuerda el traslado, con otros dos, de una vieja gramola a una dirección de Montmartre, en el París ocupado.

En cada esquina se topaban con una patrulla alemana. Cuatro o cinco kilómetros sin saber que transportaban una emisora clandestina de la resistencia francesa.
Amigo de Eddy Barclay y Zino Daviddoff, dueño de una colección de arte constituida en fundación desde 2003, Llopis recuerda su relación con las hermanas María y Araceli Zambrano, la intervención de su hermano Álvaro para salvar la vida de Victoria Kent, o la petición de crear un periódico clandestino en España que le hizo el escritor católico François Mauriac, Nobel de literatura. Contrario a la cercanía de la jerarquía católica española con la dictadura franquista, el autor francés estaba convencido de que esa complicidad con un régimen tan represivo habría de pasar factura. No se equivocó.
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domingo, 26 de septiembre de 2010

Crece América Latina y ¿Venezuela?

Sea cual fuere su resultado, sí podemos preguntarnos: ¿después del 26S, qué?

MARTA COLOMINA | EL UNIVERSAL
domingo 26 de septiembre de 2010 12:00 AM
Hoy millones de venezolanos habrán madrugado para dirigirse a los centros electorales y elegir a los diputados que les representarán en la nueva Asamblea Nacional, organismo que, siguiendo el legado histórico de Montesquieu, deberá ejercer el balance y contrapeso de los demás poderes públicos, particularmente del Ejecutivo, como ocurre en las democracias del mundo. Diputados, además, que deberán estar atentos a los problemas y necesidades del pueblo al cual representan, a la par que aprobar leyes que el país reclama y necesita. No sea usted uno de quienes aún no han salido de sus casas porque no están convencidos de la utilidad de la AN. Bástele saber que fue el nacimiento del Parlamento la primera señal del debilitamiento de los regímenes absolutistas (monárquicos, para la época) y que ha sido la garantía del buen funcionamiento de los gobiernos cuyas actuaciones sigue atentamente, para garantizar el cumplimiento de los fines para los cuales fueron elegidos, sobre todo el respeto a la Constitución y las leyes. Vaya a votar y lleve con usted a sus allegados renuentes. Se sentirán mucho mejor si cumplen con ese deber democrático. No hay cosa peor que arrepentirse de algo que pudimos haber hecho y no hicimos, sobre todo cuando comprobamos las consecuencias de nuestra omisión.

Hoy 26S el CNE ha establecido normas que prohíben textos y transmisiones propagandísticas a favor o en contra de los partidos y candidatos que participan en la elección. Se puede, sí, instar a los electores a sufragar por los candidatos de su preferencia y motivarlos sobre la importancia de elegir a quienes establecerán los controles imprescindibles que existen en todo sistema democrático tipificado por la separación e independencia de los poderes. Sin embargo, a propósito de los graves asuntos que deberá enfrentar el Gobierno una vez pasado el Rubicón de las elecciones parlamentarias, sea cual fuere su resultado, sí podemos preguntarnos: ¿después del 26S, qué?

Mientras las economías de América Latina crecen, la de Venezuela, a pesar de su riqueza petrolera, lleva cinco trimestres consecutivos cayendo y todo parece indicar que el 2010 concluirá en negativo. Han crecido hasta las economías más pobres, como la de Bolivia y Ecuador (aunque algunos lo atribuyen a las jugosas ayudas recibidas de su "pana" ideológico). No caben excusas como la "crisis del capitalismo" o la "caída de los precios petroleros", porque el barril está al envidiable promedio de $70 y porque en todos los países con petróleo ha subido su economía, menos en Venezuela. En el sector comercio las ventas cayeron 40% y el empleo se redujo en un 13%. La producción industrial cayó un 5,5% (según cifras del BCV), la situación agrícola es ruinosa (por las confiscaciones) y están sin trabajo más de cuatro millones de venezolanos. Aunque Venezuela ha tenido ingresos por más de $ 990 mil millones, al finalizar 2010 tendrá una deuda externa superior a $ cien mil millones y una Pdvsa descapitalizada que volverá a emitir en breve deuda por $ 3 mil millones, sin que hayan arrancado los planes de la Faja, hipotecada a China en condiciones que los venezolanos ignoramos. Colombia creció un 4,3% (su comercio un 4,9%, a pesar del cierre de la frontera venezolana). Perú y Chile (este último a pesar del destructor terremoto) crecieron 9% y 8 % y han crecido también Brasil, Uruguay, Paraguay y otros. Solo el mísero Haití (asolado por su pobreza eterna y el brutal terremoto) y la despilfarradora Venezuela, registran caídas en su economía, caracterizada esta última por la inflación más alta del continente (Fedecámaras calcula 35% al concluir el año).

Veintiséis destacados economistas venezolanos, entre quienes se cuentan los nada "capitalistas" Héctor Malavé Mata y Héctor Silva Michelena, acaban de publicar un documento con advertencias al Gobierno sobre la "severa contracción de la economía y alta inflación en medio de un aumento del precio petrolero". Acusan la "sorprendente desviación de más del 50% de los ingresos por exportación de Pdvsa a fondos y cuentas en el exterior" y señalan los enormes niveles de endeudamiento y "los errores de política gubernamental cometidos en base a la orientación socialista radical, que han empeorado la situación de Venezuela". Unamos a cóctel tan explosivo los continuos apagones, el colapso del Metro y de las empresas de Guayana, los empleados públicos exigiendo aumentos salariales y contratación colectiva, las quejas de los damnificados reclamando las casas nunca construidas y el incremento de las cifras mortales de los fines de semana, y entonces entenderemos por qué, quien está obligado a solucionar problemas tan ingentes, prefiera sumergirse irresponsablemente en el adelantado Rubicón electoral de 2012.

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