lunes, 12 de abril de 2010

La esencia del liderazgo

ANÁLISIS: Carreras & capital humano - Economía consciente

BORJA VILASECA 11/04/2010


El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe hacia dónde va" (Antoine de Saint-Exupéry)
El sentido de la vida no alude a los sentimientos sólo, sino a la dirección que decidimos darle

Es muy fácil protestar por el funcionamiento del sistema capitalista. Basta con abrir la boca y decir lo que pensamos. Es muy fácil quejarse por la manera en la que se crean y se gestionan las empresas. Basta con abrir los ojos y reparar en lo que vemos. Es muy fácil criticar y juzgar la actitud de nuestro jefe. Basta con abrir los oídos y escuchar la forma en que nos habla. Es muy fácil lamentarse por el comportamiento de nuestros compañeros. Basta con estirar el brazo y señalar sus errores y defectos.

Es tan fácil protestar, quejarse, criticar, juzgar y lamentarse que todos sabemos cómo hacerlo. Basta con adoptar el rol de víctima y creer que el mundo es un lugar injusto, en el que la culpa de nuestros conflictos y sufrimientos la tienen los demás. Pero esta actitud es ineficiente. No en vano, existe una ley en psicología que afirma que "lo externo es siempre un reflejo de lo interno, pues lo que se observa es en realidad una proyección del observador".

Lo reconozcamos o no, somos co-responsables de que la economía sobre la que se asienta nuestra existencia sea tal y como es. De hecho, con nuestra manera de ganar, de gastar, de invertir y de ahorrar dinero apoyamos y validamos el capitalismo cada día. No es la tierra lo que pisamos, sino un sistema monetario, donde por medio del capital las naciones y los seres humanos estamos interconectados.

Con respecto a las empresas, si no fuera por ellas no habría empleo. Y sin éste, careceríamos de ingresos con los que cubrir nuestras necesidades básicas. Más allá de cuáles sean nuestras circunstancias sociales y económicas, fichamos cada lunes en la oficina por elección propia. Además, mediante el consumo diario de productos y servicios permitimos la subsistencia de miles de compañías. Es cierto que vivimos condicionados por la publicidad y el marketing, pero nadie nos apunta con una pistola para saciar nuestros caprichos y deseos.

Y en cuanto a nuestras relaciones laborales, solemos quejarnos del trato que recibimos por parte de nuestro jefe y nuestros compañeros de trabajo. El egocentrismo nos lleva a victimizarnos cuando estos nos presionan y nos faltan al respeto. Pero ¿no es cierto que en ocasiones tratamos a otras personas de la misma manera? Lo curioso es que cuando presionamos y faltamos al respeto a los demás, siempre encontramos una razón de peso que lo justifique. Al vivir de forma inconsciente, en demasiadas ocasiones no nos damos cuenta de que "vemos la paja en el ojo ajeno sin reparar la viga que hay en el nuestro".

Eso sí, al observar el actual escenario socioeconómico, todos estamos de acuerdo en un mismo punto. La mayoría nos lamentamos por la falta de líderes, por la ausencia de referentes y, sobretodo, por la decadencia de valores que padece ahora mismo la sociedad. Esta percepción generalizada pone de manifiesto que estamos en contra de muchas cosas, ¿pero a favor de qué nos posicionamos? Y tal vez más importante: ¿quién asume la responsabilidad de convertirse en el cambio que quiere ver en el mundo? Ni más ni menos que un líder. Es decir, cualquier ser humano que ha descubierto que para cambiar el mundo hemos de comenzar mirándonos en el espejo.

Más que nada porque el cambio de mentalidad de la mayoría de individuos es lo que promueve la transformación de las empresas y del sistema. La esencia del liderazgo radica en esta toma de consciencia. A partir de ahí, comienza un proceso de aprendizaje y evolución personal, que pasa por responder a través de la propia experiencia las tres grandes preguntas existenciales: ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? Y ¿hacia dónde vamos?

La primera alude a la necesidad de cuestionar el condicionamiento sociocomercial que nos ha sido impuesto. Es decir, indagar acerca de la veracidad o falsedad de las ideas, normas y dogmas que forman parte de nuestro sistema de creencias. No obstante, lo que creemos rige nuestra toma de decisiones y nuestro comportamiento. Para saber si estamos funcionando en base a creencias limitadoras hemos de ver qué resultados estamos cosechando en nuestra vida. El malestar, la insatisfacción, el vacío existencial y el sufrimiento son los indicadores más fiables de que nuestro sistema de creencias está contaminado por ideas falsas. Es entonces cuando nos comprometemos con encontrar la respuesta a la segunda pregunta, una indagación más conocida como "la crisis de los 40".

A esa edad muchas personas deciden tomar las riendas de su vida. De ahí que se atrevan a enfrentarse a sus miedos y carencias, cuestionándose a sí mismos, a la máscara bajo la que se han protegido para ser aceptados como individuos "normales" por la sociedad. En este punto suele surgir cierto interés por el autoconocimiento y el desarrollo personal, cuya finalidad es reconectar con nuestra verdadera esencia, con los valores que tal vez hemos marginado.

Al aprender a liderarnos a nosotros mismos, estamos preparados para liderar a los demás. Por eso los auténticos líderes terminan comprometiéndose con contestar a la tercera pregunta, descubriendo su propósito en la vida. Y es que el sentido de nuestra existencia no sólo alude a la manera en la que nos "sentimos", sino también a la "dirección" que decidimos darle. Así, no es casual discernir que los verdaderos líderes siempre dedican sus vidas al servicio de los demás, impulsando proyectos que realmente beneficien a la sociedad. Y aunque pueda sonar utópico e idealista, el primer paso para ser líder consiste en abrir el corazón y seguir los dictados de lo que sentimos

"España necesita más madurez para ir hacia el modelo alemán"

ENTREVISTA: Carreras & capital humano FLAVIO BENITES Secretario de IG Metall

LLUÍS PELLICER 11/04/2010

A Flavio Benites, secretario del sindicato alemán IG Metall, el mercado laboral español no le parece demasiado rígido. Al contrario, sostiene que es "bastante flexible". Este sindicalista, bregado en la industria automovilística germana, entiende que España examine el modelo de relaciones laborales alemán para importar alguna medida. No obstante, considera que antes debe definir el modelo productivo que quiere.

"El diálogo social debe identificar primero cuál es la vocación del país"
Pregunta. La recesión fue mucho más profunda en Alemania que en España. Pero allí la tasa de paro es del 8,2% y aquí del 18,8%. ¿Se debe al mercado laboral?

Respuesta. El diálogo social primero debe identificar la vocación del país, como en su día hizo Alemania, que decidió dar prioridad al parque industrial de producción de bienes de alto valor añadido. El país se centró en la innovación, la reducción de costes y en mantener a los trabajadores cualificados. Partiendo de esta vocación, hay que rediseñar el modelo de relaciones laborales.

P. ¿Es viable aplicar el modelo alemán en España?

R. Las soluciones alemanas son para una economía muy industrializada y tienen una lógica de alta pacificación social.

P. ¿Pero no hay conflictos laborales en Alemania?

R. Sí, pero se resuelven mediante canales distintos. En España se va a menudo a la huelga o Magistratura de Trabajo. En Alemania se negocia dentro de la empresa porque se reconoce el derecho de participación a los representantes de los trabajadores, que conocen muy bien la empresa. El modelo alemán está anclado en instrumentos de pacificación, de estabilidad laboral y bajo nivel de huelgas. Otra diferencia: no hay diálogo social. Sólo se empleó en dos ocasiones, pero no funcionó. Allí suena a mucho ruido y pocas nueces.

P. Se habla, por ejemplo, de vincular los salarios a la productividad y no a la inflación.

R. Allí no hay una cultura de negociación salarial con relación a la inflación, sino a la producción y al poder adquisitivo de los obreros. Lo que ocurre es que en España hasta ahora la inflación ha sido más alta que en Alemania.

P. Y otra medida es reducir jornadas laborales para evitar despidos a cambio de formación.

R. Sí, pero no sólo para atender a las necesidades de la empresa, también del obrero. Ahí no veo problema: el Estado invertirá en expedientes más largos y en formación. Pero para ir hacia el modelo alemán se requiere más madurez. Allí estamos hablando de los derechos de participación en las empresas.

P. ¿Cómo?

R. Los trabajadores participarían en la empresa a través de fondos controlados por fundaciones vinculadas a los sindicatos.

P. ¿Y con qué dinero?

R. Hay empresas que han recibido dinero público. Ese capital iría a las fundaciones y el Estado no saldría de las sociedades. -

Europa necesita capacidades, no oficios

REPORTAJE: Carreras & capital humano
La mayoría de empleos que se crearán en la UE hasta 2020 exigirán alta cualificación
CRISTINA DELGADO 11/04/2010


Vota Resultado 13 votos
Casi siete millones de puestos de trabajo nuevos. Estos son los empleos que se generarán en la Unión Europea en los próximos 10 años. Si se suman además las vacantes que dejarán los que se jubilan durante este periodo, en 2020 habrá 80 millones de "oportunidades laborales" en la Europa de los 27. Más de siete millones estarán en España, según un estudio realizado por Cedefob, agencia dependiente de la UE. La cuestión a abordar, sin embargo, no es tanto la cantidad como la calidad de estos futuros puestos. La mayoría de las vacantes exigirán niveles altos de conocimiento y de competencias.

La noticia en otros webs
webs en español
en otros idiomas
España generará más de siete millones de vacantes laborales los próximos 10 años
¿Está Europa preparada para cubrir esta necesidad? Es una de las preguntas que dominaron las reuniones de trabajo de la conferencia de altos cargos españoles y europeos que se celebró la pasada semana en Barcelona, bajo el título Nuevas capacidades y nuevos empleos para una Europa más competitiva. El reto: "Habrá más empleos para los mejor cualificados. Sólo el 15% de los trabajos de 2020 serán de baja cualificación, frente al 50% de los de media y el 39% de los de alta cualificación", señaló Aviana Bulgarelli, directora del Cedefob. En España la alta cualificación estará presente en el 42% de los empleos, mientras que la baja especialización copará dos de cada diez puestos.

"Los clientes de las oficinas de empleo son la cara visible de la diferencia que hay entre las necesidades de los empleadores de un país y las habilidades de los trabajadores", resumió Ángeles Bermudez-Svankvist, directora del servicio público de empleo sueco. En España hay apuntados a las oficinas del paro más de cuatro millones de personas. La cuestión es si, a pesar de que se creen nuevos empleos, los parados encajarán en los perfiles que, se supone, serán necesarios los dos próximos lustros. La clave, dice la UE, es la formación.

Pero no hay que pensar en formar en oficios, sino en capacidades y habilidades. Ante un mercado laboral que cambia rápidamente (y en el caso de España, si persiste la idea de lograr un cambio en el modelo productivo) ésta es la clave que proponen. No se trata de generar un tipo concreto de administrativo, sino profesionales con habilidades administrativas, de idiomas, de trabajo en equipo, de conocimientos de nuevas tecnologías... Competencias que encajen en labores diferentes y que permitan que la vida laboral del ciudadano vaya mutando según varíe el mercado laboral.

"Los trabajos del futuro dependerán de lo que hagan los empresarios", señaló Aviana Bulgarelli. Si la trama empresarial de un país acaba encaminada a la energía eólica, serán los puestos verdes los que terminen triunfando. Pero eso, aún no se sabe. Por ello lo mejor es apostar por las capacidades y las habilidades.

No debe confundirse impulsar los empleos de alta cualificación con crear sólo ingenieros aeronáuticos o cardiólogos. La idea es que en todos los puestos, sean del sector que sean, se aumenten las habilidades de los trabajadores. "No es lo mismo un camionero, que un camionero que sepa usar tecnologías digitales", como un GPS, resumió Maravillas Rojo, secretaria de Empleo. Ni un cocinero que sepa sólo preparar un menú del día, que otro que tenga conocimientos de nutrición y de cocina internacional.

El primer paso, defiende la UE, es conocer hacia dónde nos movemos. Previsión. El otro gran mantra de los líderes del empleo en Europa. Si cada país conoce hacia dónde va su mercado laboral, será más fácil que encamine sus políticas a un tipo determinado de formaciones. Para eso se realizó el estudio de Cedefob. Se cimienta sobre los datos actuales, las prospecciones económicas de la UE para los próximos años y un supuesto de políticas continuas de estímulo para encaminar el mercado laboral hacia la mayor cualificación. Pero no deja de ser eso, una previsión. "Es como el fotograma de una película. Ahora tenemos una imagen fija, a la que le seguirá otra y otra", dice Xavier Prats-Monné, director general de Empleo en la Comisión Europea. Cada nueva foto, es decir, cada nuevo estudio, irá incorporando los efectos de decisiones de los países. "Hace unos años se preveía que con la globalización aumentarían los viajes y el turismo. Por eso, las estimaciones apuntaban a que las agencias de viajes serían cada vez más numerosas. Sería un sector en expansión. Sin embargo, apareció Internet, y lo cambió todo", reflexiona. El mundo cambia, y las previsiones cambian con él. "Pero las estimaciones sirven como hoja de ruta. Dejan ver la tendencia de los sectores agregados y los cambios de tendencia", razona.

Y si esta información a medio y largo plazo sobre los movimientos del mercado laboral se mezcla con nuevas tecnologías (la última gran pista en la que se hizo hincapié en la conferencia), se obtiene la fórmula mágica: el que busca trabajo o está terminando su formación inicial podrá saber qué competencias necesita el mercado a medio y largo plazo, y buscar herramientas para obtenerlas. O al menos en eso confían en la UE.

La Generalitat aprovechó que Barcelona era la ciudad anfitriona en la que se llegaron a estas conclusiones para presumir de una "iniciativa pionera a nivel europeo" que se supone concentra buena parte de las propuestas. Ha creado una aplicación dentro de su sistema público de búsqueda de empleo que funciona en colaboración con el portal privado de trabajo Infojobs. La idea es que, introduciendo los datos del puesto de trabajo que se busca, la provincia y la especialización, la página web ofrece la cualificación que piden para ese puesto las empresas que buscan empleados a través de Infojobs. Además de informar al parado de lo que debe mejorar, la Generalitat promete que organizará cursos que respondan a las necesidades más comunes que detecten. Un pastel con la receta de la UE para enfrentarse al futuro que ya está en el horno. ¿Crecerá?